H es una obra que está construida a partir de copias, versiones y variaciones de obras de otros artistas. Podemos encontrar acciones de Roman Signer, Esther Ferrer y Robert Filliou. También juegan con fragmentos de piezas de Jerome Bell que se parecen a obras de la Ribot y que a la vez recuerdan a un foto que aparece en un libro sobre John Cage. Aparece una canción donde la versión es más conocida que la original y todo esto regado con chistes contados por el verdadero imitador del cómico catalán Eugenio.
“La imitación como primer acto apropiacionista, la imitación como triunfo de la fantasía, y la fantasía como ofensa al mundo para crear nuevos mundos. Hay que ofender al mundo. Ofender al mundo es nuestra única misión. Se han encontrado pisadas de mamut en cuyo interior hay pisadas humanas, huellas dentro de huellas; los cazadores primitivos pisaban allí donde habían pisado los animales para así imitarlos, para simular que eran ellos y de ese modo confundirlos y cazarlos y vestirse sus pieles y comer sus carnes y alumbrarse con su grasa. No otro es el origen del disfraz y del teatro, el origen de nuestro mejor y más supremo hallazgo: simular ser otro para ser uno mismo...”
¿Es esta nuestra obra?
H es una obra que está construida a partir de copias, versiones y variaciones de obras de otros artistas. Podemos encontrar acciones de Roman Signer, Esther Ferrer y Robert Filliou. También juegan con fragmentos de piezas de Jerome Bell que se parecen a obras de la Ribot y que a la vez recuerdan a un foto que aparece en un libro sobre John Cage. Aparece una canción donde la versión es más conocida que la original y todo esto regado con chistes contados por el verdadero imitador del cómico catalán Eugenio.
“La imitación como primer acto apropiacionista, la imitación como triunfo de la fantasía, y la fantasía como ofensa al mundo para crear nuevos mundos. Hay que ofender al mundo. Ofender al mundo es nuestra única misión. Se han encontrado pisadas de mamut en cuyo interior hay pisadas humanas, huellas dentro de huellas; los cazadores primitivos pisaban allí donde habían pisado los animales para así imitarlos, para simular que eran ellos y de ese modo confundirlos y cazarlos y vestirse sus pieles y comer sus carnes y alumbrarse con su grasa. No otro es el origen del disfraz y del teatro, el origen de nuestro mejor y más supremo hallazgo: simular ser otro para ser uno mismo...”
¿Es esta nuestra obra?
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